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jueves, 21 de agosto de 2014

Milongueando que es gerundio

Estoy con medio pie en la playa y preparándome para mandarme unas mergulhidas en el Mediterráneo. Pero, mientras voy armando la mochila escucho tangos de rompe y raja, unos valsecitos que me hacen derretir el cuore y unas milongas que me llevan a los saltos por la casa. Además pienso en mi Milonga a la que retorno el mes próximo y voy aceitando las tabas con esta música maravillosa.

Héctor Marcó lo pintó muy bien en su tango, que musicalizó Carlos Di Sarli:

Porteño y bailarín, me hiciste tango, como soy:
romántico y dulzón... 

                                          


Y bailándolo por la orquesta del maestro de Bahía Blanca, miel sobre hojuelas. Curiosamente no estuvo en el repertorio de otras orquestas importantes, pero hizo historia y se sigue bailando a tutiplén en las pistas de todo el mundo. Además Marcó, pese a que cantaba y escribía, no era milonguero, y sin embargo lo describe muy bien::

Me inspira tu violín, me arrastra el alma de tu compás,
me arrulla el bandoneón...

Aunque yo para bailar voy siempre a ritmo con el piano, y el de Di Sarli te lleva deslizándote por la pista con una suavidad tremenda y un goce interno maravilloso. Orquestas como la suya fueron las que pusieron al tango en el gran escenario universal de la historia.

Porque, pese a que el tango sea porteño por excelencia y Buenos Aires tenga las mejores milongas del mundo, afortunadamente, hoy día, se lo baila en infinidad de países y en algunos de ellos, en forma increíblemente ajustada a los cánones.

Michelle y Murat
                                   

El tango ha sacado carta de ciudadanía universal y en las milongas porteñas se puede bailar con hombres y mujeres de distintas procedencias. En Marzo último, en Buenos Aires, entre otras, bailé maravillosamente con una alemana, una francesa y especialmente con una japonesa en Grisel, con la cual me parecía estar flotando entre las nubes. Claro que también con muchas milongueras locales que llevan la marca en el orillo y me hicieron disfrutar de lo lindo.

                                                       


Para demostrar hasta dónde ha llegado el tango, bastaría con ver a esta pareja integrada por el turco Murat Erdemsel y la hawaïana Michelle, que son un lujo para el espectador. Ya han visitado estas páginas en otras oportunidades pero verlos moverse con tanta elegancia y sentimiento, me produce un gran placer. Acá los traigo, bailando este año, en Zagreb, el valsecito de Eugenio Carrere y Hermes Peressini: Sin rumbo fijo, que canta Ángel Vargas, con la Orquesta Típica Victor. Belleza.



Efectivamente, el tango no tiene fronteras y hoy día se puede bailar en todos los continentes, incluso con algunas orquestas locales. Siempre usarán el molde de los grandes conjuntos argentinos que hicieron historia y diseñaron las coordenadas del tango bailable y hermoseado para escuchar, incluso.

Y para confirmar el auge y exaltación de esta música danzable, también retorno al ejemplo de la pareja norteamericana integrada por Nick Jones y Diana Cruz, que se sacan de la manga piruetas de todo tipo, aprovechando su capacidad y dominio escénico y musical. Además Nick usufructúa al mango, el arsenal dancístico que ha cultivado Diana y un físico que parece ser de goma por los movimientos y despliegues insólitos que realiza con su cuerpo, aupada por Nick y su sapiencia musical.  En este caso bailan el tango de Scarpino y Caldarella: Seguime si podés por la orquesta de Francisco Canaro.

                                                         

Pero Argentina tiene muy buenos maestros de la pista, con un gran bagaje de conocimientos tangueros, además, cosa muy importante que ayuda a meterse en el cuore todo lo que palpita detrás de cada tema. La interpretación, los arreglos, los solos, cantores, músicos y sabores de las distintas épocas. En ese sentido, mi querido amigo Miguel Ángel Zotto es un avanzado, un gran experto que aúna experiencia, sabiduría, porteñidad y organización de espectáculos con los cuales ha dado la vuelta al mundo envuelto en grandes aplusos y críticas maravillosas.

                                   


Desde hace unos años baila con su esposa y madre de las gemelas, que son el fruto de esta relación amorosa. En la pista se entienden a la perfección y Miguel le ha transmitido a Daiana todo el secreto del tango, sus adentros, los yeites. Y ella que venía del baile clásico ha ido escalando hacia el corazón del tango y ahora lo bailan y se entienden disfrutando de maravilla en cada actuación.

En este caso los vemos en un Festival en Amsterdam, el año pasado bailando la milonga de Graciano De Leone. Reliquias porteñas, acompañados por una orquesta. Dos cracks.

                                 

Porteño y bailarín, me hiciste tango, como soy,
romántico y dulzón...


                                                                                   


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