Translate

viernes, 25 de abril de 2014

El cantor de Buenos Aires

Este tango de Juan Carlos Cobián y Enrique Cadícamo guarda unas pequeñas historias que vale la pena recrearlas otra vez. En marzo de 1936 Cadícamo se encontraba terminando de escribir una comedia en tres actos con intercalaciones musicales por encargo del empresario del Teatro Smart, Alberto Ballerini que era amigo suyo. La obra se titulaba El cantor de Buenos Aires y era una suerte de biografía de Carlos Gardel, fallecido trágicamente nueve meses antes.

Justo volvía de Brasil Juan Carlos Cobián y Cadícamo lo recordaba:
-Aquella llegada de Cobián me vino bien para encargarle los números musicales. Lo mandé llamar y vino al teatro. Enterado de lo que le proponía, en menos tiempo de lo que yo supuse, se puso a trabajar, apareciendo dos días después con los manuscritos que de inmediato hicimos escuchar al señor Ballerini. Éste, despues de escucharlos quedó encantado, observándonos solamente uno de los tangos, que le parecía antipopular por la complicada construcción del refrán.


El mismo Cadícamo diría que "efectivamente, a Cobián se la había ido la mano en éste al que yo había titulado "Nostalgias". Le pedí entonces que suprimiera la cadencia que a mí me parecía muy original pero difícil para Roberto Páez, que era el cantor de la obra".
 Cobián, con modestia -el género de orgullo que menos desagrada-, me respondió sonriendo: "Le haré otro...Ése queda así como está"...

-De un día para otro compuso un nuevo tema al que le adapté la letra titulándolo con el mismo nombre de la obra: "El cantor de Buenos Aires". En cuanto al otro, titulado "Nostalgias", quedó para mejor oportunidad.

                                               
Demás está señalar cómo se equivocó el empresario del Teatro, dado que Nostalgias figura entre los cinco tangos más escuchados en el mundo entero y cantado por infinidad de artistas de todos los idiomas. Pero a mí no deja de asombrarme permanentemente la facilidad que tenían estos genios para sacarse letras y músicas de tango de la galera, de un día para el otro. Y convertirlos además en éxitos.

El cantor de Buenos Aires lo graba Aníbal Troilo con la voz del uruguayo Carlos Olmedo en 1955, en el sello TK. Este cantor había reemplazado a Jorge Casal, alejado de la orquesta y estuvo apenas un año en la formación de Pichuco, por su indisciplina. Antes había pasado fugazmente por la orquesta de Osvaldo Pugliese y le pasó otro tanto. Curiosamente lo vi cantar en ambos conjuntos, que actuaron en el Club atlético Huracán y como siempre, acudimos con la barra para milonguear. Además yo era hincha de Troilo y lo veía en la radio y en lugares nocturnos. Y me gustaba la voz grave de este cantor.

Se llamaba en realidad Delmar Velázquez Childe y había ganado (empatado con Víctor Ruiz, luego cantor de Donato Racciatti) un concurso de cantores que se realizó en el céntrico Café El Ateneo, de la 18 de julio, en Montevideo en el año1940 y en el que participaron artistas como Julio Sosa o Pablo Moreno, luego grandes amigos los tres. En 1947, Olmedo se largó a Buenos Aires y en el Vapor de la carrera ideó su nuevo nombre artístico.

Carlos Olmedo
Cantó en lugares céntricos, estuvo en la orquesta de Ricardo Pedevilla, y Pugliese lo contrató para cubrir la baja de Juan Carlos Cobos, que se fue a Europa. Su estilo de vida chocó rápidamente con la disciplina del hombre de Villa Crespo y se le abrió de nuevo la puerta grande cuando ingresa en la escuadra de Troilo para formar dupla con Raúl Berón (que sería reemplazado en seguida por Pablo Lozano). Pichuco se volvió loco con estos dos bohemios incurables. Apenas duraría un año en la orquesta y dejó solo dos grabaciones en las que se aprecia el buen gusto y la calidez de su voz varonil y bien templada: El cantor de Buenos Aires y Recordándote de Guillermo Barbieri y José De Grandis.

                                           
Yo lo vería más tarde en la Confitería La Armonía de la calle Corrientes en un conjunto que comandaba con mi amiga Ruth Durante y Enrique Castel, acompañados por la orquesta que dirigía Ángel Baya.Y lamentaba que teniendo tan buenas condiciones haya malogrado su carrera artística, que simbolizaba con su tango: "De puro curda", que lleva letra de Abel Aznar y música suya. De todos modos, conversando, me diría: "Troilo es un fenómeno como músico y como persona".

Para recordarlo cantando, hoy lo traigo al blog con el tema de Cobián y Cadícamo que le da título a la nota y  Recordándote, los dos temas que grabó con Pichuco en 1955.

125- El cantor de Buenos Aires- Troilo-Olmedo

124- Recordándote - Aníbal Troilo-Carlos Olmedo


1 comentario:

  1. y bue.... el trago y la cheno pudieron mas en unos años con pichuco hubiera sido primera figura,en fin .... se lo perdio... saludos juan

    ResponderEliminar